Te recuerdo junto a mi disfrutando de la maravilla que me regalaba esa noche, en que el fantasma de la soledad me hacía sentir vulnerable.
En mi mente retumban tus últimas palabras:
—Dejemos pasar el tiempo, el nos dirá si estamos
equivocados—. Traté de responder pero quedé en silencio mientras que vos
bajabas la mirada.
No quería soltar tu mano, pero el bus debía partir.
Quizás lo imaginé pero el brillo de una gota bajo tus ojos me provocó un
escalofrío a la vez que una esperanza.
Y ya nunca supe más de ti.
El destino me llevó por diferentes momentos, otras
relaciones que dejaron huellas pero sin olvidar las tuyas. Mi cabello se ha
plateado de soledad y hoy sin querer leí tu nombre. El reflejo del sol sobre las
gotas que de mis ojos manaba no me dejó ver más.
Al salir volví la vista atrás y la fila de cruces no
me permitió ver la tuya, pero ya nada quedaba allí. Mis pasos me alejaron para
siempre de mi pasado…
Hola Luis, el leer el nombre de un antiguo amor enroscado en una cruz encima de una lápida es muy triste, esas lágrimas perdidas como símbolo de algo que pudo haber sido y no fue es aún mas triste.
ResponderEliminarUn abrazo
Puri
Es un pasado triste amiga, se ve que estoy muy romántico.
EliminarUn abrazo amiga, gracias por estar siempre conmigo.
Felicidades, Luis, creo que es el relato que más me has gustado de los tuyos (pero mi memoria es flaca). Terrible ese "Dejemos pasar el tiempo, el nos dirá si estamos equivocados" pues parece que sí, se equivocaron y ya no tiene solución. Un abrazo, amigo.
ResponderEliminarQue placer verte por aquí Javier, no se si será el mejor pero es como siempre un nuevo sueño.
EliminarUn gran abrazo amigo.
Seguramente no estaban equivocados,se amaron más allá del tiempo y para siempre.
ResponderEliminarLuis,que bello y triste es tu relato
El amor verdadero es atemporal y como tu dices perduró más allá de vida...
EliminarUn gran abrazo amiga.
Gracias ta.
Cierto Mery, se amaron más all´del tiempo, y por más que de pasos firmes alejando su pasado, el solo pensarla lo ata por siempre...
Eliminar¡Me encantó amigo!
Eva
Gracias Eva, todo lo que te diga está de más.
EliminarUn gran abrazo.
¿Sabes querido Luis? Soy de la convicción de que el amor de verdad, ese que nos mata de vértigos, ese amor perdura por siempre y al final muere con nosotros. Los amores vann y vienen, tambien llegan otros nombres y otras caras, pero siempre hay un nombre, unos ojos, que no se olvidan jamás. A ese amor me refiero. Bienvenido de nuevo.
ResponderEliminarHola Ángela, que placer verte por aquí, mira que conjunción: Un romántico y una poetiza, siempre escribiendo al amor.
EliminarTe dejo un gran abrazo.
Te llevo conmigo a mi blog.
ResponderEliminarGracias.
EliminarHola Luis, que relato mas romántico y triste a la vez, los amores de verdad nunca mueren y aunque pasen otras personas por nuestras vidas siempre perduran en nuestro corazón, no se olvidan nunca, una pena que siempre se queda uno solo.
ResponderEliminarBesos.
Hola Piru, es el destino quien decide el camino de dos seres y en ocasiones este se vuelve a cruzar con diferentes desenlaces.
EliminarUn gran abrazo.
¿es que existe el amor? la pasión y la quimica siempre la recordaremos
ResponderEliminarluego si fue amor
nos quedan
maravilla
de
recuerdos
Eso nunca lo sabremos, amor es una palabra con diferentes significados, dependiendo de quien la utilice. Pero sentimos en su nombre y tratamos de expresarlo, a veces sin éxito.
EliminarUn abrazo.
Moli, siento que es una hermosa obra nacida de tu imaginación (no una parte de tu biografía, de otra forma mi comentario sería distinto) por ello (con tu permiso) me dirijo a tu protagonista.
ResponderEliminarSi otras fueron dejando huella en ti, pero sin lograr que la olvidaras, significa que no encontraste en otra mujer lo que hallaste en la primera, pero aun así, ni siquiera la susodicha fue bastión suficiente para compartir a su lado tu amor y tu vida. Y lo digo, porque si tu amor hubiera sido más grande que tu timidez, tu silencio o tu orgullo, jamás hubieras permitido que ella se fuera sin “guerrear” hasta el final, sin seducirla, perseguirla, o irte con ella si era necesario, pero no. Te rendiste y confórmate con un simple adiós en una parada del autobús.
El destino no se la llevó, fuiste tú quien la perdió sin luchar. El destino no te la devolvió porque nunca la fuiste a buscar. La vida no da revanchas, solo nuevas oportunidades y si continúas mirando hacia atrás, nunca verás lo que te pierdes ahí adelante. Y espero en verdad que esos últimos pasos que diste, te hayan alejado de ese pasado que ya nunca volverá.
Me pareció un texto muy bueno. Es conmovedor, y se puede sentir el dolor de aquel hombre que cayó en el abismo de la soledad sentimental sin hacer nada por evitar su caída y como tras tantos años, sigue afectado (si acaso ya no dañado) en esa realidad que pudo ser y no fue. En verdad, es una obra muy buena.
¡Felicitaciones al autor!
Hola Juan Carlos, antes que nada gracias por pasarte por mis letras.
EliminarPor suerte te diré que no es autobiográfico, quizás un tanto romántico, pero como siempre buscando una historia plena de sentimientos.
Me has dejado anonadado con tu comentario y me hace feliz llegar a gente como tu.
Te dejo un gran abrazo.