Y entonces fue que la vi, ya cuando había perdido
toda esperanza, cuando la desesperación me tenía en sus redes.
Rogué, recé, sin convicción; sólo un milagro que no
esperaba evitaría el final.
El tiempo ha transcurrido lento, inexorable, mientras
que circunstancias ajenas a mi me mantenían alejado de todo. Casi no recordaba
su rostro, pero en mi memoria cual un mojón quedó aquella frase cuando me miró
preguntando:
—¿Volverás papá? —asentí con la cabeza sabiendo que
mentía; el brillo de su mirada denotaban la tristeza que lo embargaba. Ella lo
tomó de la mano y se alejaron. Quedé allí parado viendo como se perdían entre
la multitud, quería ser fuerte, no me verían llorar.
Esa tarde en la soledad del vuelo, por la ventanilla
veía como la costa se alejaba hasta perderse en el horizonte, traté de
encontrar una justificación. No la había, sólo orgullo, machismo sin razón, una
excusa pretendiendo ser libre. ¿Libre de que?...
¿Cómo puede una criatura entender que dos adultos no
aprendieron a convivir? ¿Que son quienes pretenden enseñarle a comportarse en
la vida?
Distancia y tiempo fueron una barrera que mantuve
sin claudicar, mientras que en mis noches, el recuerdo de sus pupilas desvela
mi sueño. Aunque no quería mirar atrás, mi conciencia me lo reprochaba noche a
noche.
Puse un océano entre nosotros, pero sin poder alejarme de su recuerdo.
África no perdona; continente duro y hostil, donde
el error se paga caro. Siendo un aventurero que sólo busca fortuna sin importar
el precio; no importa si lo hace de manera ilegal. Allí la gente muere y mata
mientras el resto del mundo ni se entera.
El fanatismo para dominar necesita armas, pero para mi sólo era dinero. Asumir el riesgo
da buenos dividendos, lo importante es salir vivo…
La entrega se haría al atardecer, algo rápido para
no ser detectados, la pista era apenas un tramo de camino en un claro de la
selva en terreno hostil. La tensión nos mantenía en vilo hasta que de repente
sin saber de donde salió el disparo, sentimos el impacto, sobrevino el fuego y
con un motor en llamas huimos buscando donde aterrizar, mientras perdíamos
altura rápidamente; el piloto lucho con los controles tratando de ganar altura
y superar una elevación pero fue en vano. El choque fue tremendo, salí
despedido de la aeronave que quedo envuelta en un infierno dantesco, rodé por
una hondonada que evitó ser alcanzado por los trozos que volaron al estallar
los explosivos que transportábamos.
No se cuanto tiempo pasó hasta que desperté en la
oscuridad y el silencio de la noche, no me podía mover, las heridas lo
impedían.
Los sonidos de la selva en la noche son
intimidantes, algo parecía reptar cerca de mío el terror me invadía, no atinaba
a nada hasta que…
Puede haber sido la fiebre o que estaba enloqueciendo,
pero juro que oí cuando él mi dijo —Por aquí papá— giré la cabeza y vi esa
estrella cruzar el cielo y grité:
—¡Valentín!— el eco me respondió— ¡ayúdame por
favor!
Al levantar la mirada una luz me cegó, era una
linterna y voces que no entendía me llamaron, no pude responder porque me
desmayé.
Algo zumbaba a mis oídos, un rumor que no
comprendía; eran voces, estaba en una cama traté de moverme pero los vendajes
lo impendían, de a poco las imágenes se fueron aclarando y pude ver que estaba
en una carpa al cuidado de varias personas. Respiré dando gracias al supremo y
me dejé ganar por la inconciencia, me despertó el traqueteo del vehículo que me
transportaba sin saber donde, entonces recordé a mi hijo que mi mente oyó en
aquel momento.
El “gracias Valentín” salió de mis labios como un suspiro…
En esta nochebuena miro el cielo y creo ver aquella
estrella que me guió hasta aquí. Tras tocar el timbre espero y ese hombre que
sale a abrir me mira, el niño que lo acompaña pregunta:
—¿Quién es?
—Es mi padre que vuelve…
Hola Luis, una delicia el poder volver a leerte, me ha encantado mucho el relato y como se te ha echado de menos amigo.
ResponderEliminarLuis, en la lista que tienes de blogs, tienes el mio pero es el antiguo que lo tuve que cerrar por problemas, pero abrí otro y esta es la dirección:
http://piruja56.blogspot.com.es/, hasta pronto amigo:)
Besos.
Mucha gracias por tu visita, seguro que he de visitarte.
EliminarUn abrazo
Absolutamente emocionante ese final y el trayecto hasta llegar a él, de lo más trepidante y sentido.
ResponderEliminarUn gusto volver a pasear por tus letras.
Abrazos.
Hola amiga, un placer volverte a mi casa, muchas gracias.
EliminarUn abrazo.
Hola Luis, como estas amigo?, se te echa mucho de menos, a ver si nos deleitas con nuevos relatos de los que tu bien sabes escribir, no dejes de hacerlo que como te digo se te echa de menos, hasta pronto amigo, cuidate mucho:)
ResponderEliminarBesos.
Gracias amiga, ando medio vago últimamente aunque tengo varios relatos que no he publicado.
EliminarUn abrazo.