lunes, 14 de noviembre de 2016

Final


Tus ojos nunca me mintieron, porque no permitías que me miren en ese momento. Siempre lo noté.
Con el tiempo aprendí a reconocer en tus palabras cuando lo hacías. No quería admitirlo, aunque era evidente.
En el tono de tu voz, en tus enojos, fui poco a poco descubriendo la realidad. Era mi culpa, al no poder ser todo para vos, con el tiempo fue aumentando. Me sentía morir, no quería compartirte, aun sabiendo que jamás serías mía.
Guardé silencio mientras tu todo negabas.
No quise saber su nombre ni nada de él. Te solté la mano y emprendí el regreso a mi soledad. Fue hermoso mientras duró, me diste deseos de vivir, de soñar. Fui feliz.

Ahora regreso a casa despacio, sin prisa, mientras va cayendo la tarde y el frío de la noche penetra en mí ser…

domingo, 2 de octubre de 2016

Pasado


Te recuerdo junto a mi disfrutando de la maravilla que me regalaba esa noche, en que el fantasma de la soledad me hacía sentir vulnerable.
En mi mente retumban tus últimas palabras:
—Dejemos pasar el tiempo, el nos dirá si estamos equivocados—. Traté de responder pero quedé en silencio mientras que vos bajabas la mirada.
No quería soltar tu mano, pero el bus debía partir. Quizás lo imaginé pero el brillo de una gota bajo tus ojos me provocó un escalofrío a la vez que una esperanza.
Y ya nunca supe más de ti.
El destino me llevó por diferentes momentos, otras relaciones que dejaron huellas pero sin olvidar las tuyas. Mi cabello se ha plateado de soledad y hoy sin querer leí tu nombre. El reflejo del sol sobre las gotas que de mis ojos manaba no me dejó ver más.

Al salir volví la vista atrás y la fila de cruces no me permitió ver la tuya, pero ya nada quedaba allí. Mis pasos me alejaron para siempre de mi pasado…

jueves, 14 de julio de 2016

El cumpleaños.




La mañana amaneció radiante. Había llegado el día. Se levantó ilusionado, se sentía feliz.
Mientras desayuna su mente regresa en el tiempo, pasaron décadas. Lo asaltan los recuerdos. Cuando la conoció, la boda, la llegada de los hijos que lo acompañarían en su vejez. Cuantos sueños rotos, el tiempo se fue llevando todo.
Su perro, fiel compañero contagia su alegría cuando sale a regar sus plantas. Mientras asea el patio disfruta su presencia intentando jugar con él, le alcanza lo que queda de una pelota para que la lance, no cuesta nada darle el gusto.
Como siempre el llamado de algún amigo y los mensajes de quienes están lejos. Alguien en alguna parte del mundo lo recuerda, sonríe agradecido.
Tras el almuerzo debe dejar la casa impecable, porque seguro vendrá alguien y no es cuestión que no esté presentable.
Sultán disfruta esos momentos cuando lo saca a la calle, recorre cada árbol de la vereda y se impacienta cuando se detiene a charlar con algún vecino. Mientras la tarde lenta va cayendo, el sol hace rato que no está.
La luces se encienden, ya es noche, como siempre mira el noticiero, siempre las misma noticias,  hasta que llega un mensaje en el móvil;
“Feliz cumple papá”…
Agradece. Estaba seguro que su hijo no se olvidaría. La televisión algo acompaña, pero solo para romper el silencio…
Mira el reloj, este indica 21,30 hs; calienta la sopa que sobró del mediodía. Cena en silencio, mientras su mente vuela ajena al sonido del televisor. El timbre del móvil lo sobresalta.
— ¡Feliz cumple viejito!!— El hijo mayor no podría olvidarse— ¿Estas bien?— asiente mientras cuenta alguna novedad.
El reloj no se ha detenido, continúa con su inexorable tic tac. Siente frío, la mesa sigue vacía, mejor será ir a la cama.
Piensa en el tiempo que le queda y cuanto ha vivido, son muchos años. No es hora de hacer balance. Se encoje de hombros y apaga la luz.

Mañana será otro día…


sábado, 25 de junio de 2016

Loco asesino...



 —    Buenas tardes.
 —  Hola, ¿usted es el psiquiatra?
 —  Si señor, usted es Román Carrizo. El imputado…
    Si, soy yo, ¿usted cree que estoy loco?—¿No me contesta?...  Ma´ si piense lo que quiera.
¡Claro que la mate! Era una perra, ¡por eso la maté! ¿Se lo merecía sabe? Claro que se lo merecía…
¡No! Que me voy a arrepentir, ¡No! Cuando entró, mi suegra, esa gorda borracha, me gritó como siempre, me dijo de todo, se metió con mi vieja. Esa no se la perdono, ¿esta, sabe? Va a terminar igual, acuérdese.
 —  ¡Mi bebé, mató a mi bebé!—gritaba. Tomátela gorda loca, vos y tú beba…
¿Porque me mira así doctor? ¿Que escribe? Ta´ bien, dígales a todos que soy un animal, dígale, vaya dígales, total lo piensan igual…
Si usted la viera doctor; esa noche llegué tarde, me había quedado con una amiga, ¿usted entiende? Somos hombres. Chupamos bastante, llegué alegre. Cuando entré la loca se me vino encima, ¡Para! Le grité. Pero no me escuchó, mi suegra la crió así, mala, celosa.
Tampoco era para tanto, o ¿no puedo tener amigas yo? Se me vino al cogote, casé un fierro que usamos como tranca para la puerta, y ¡Zas! Le reventé la cabeza, no jodió más.
Ahí fue donde entró mi suegra y la vio tirada en el piso, no se movía. Se puso loca, se me vino encima, tuvo suerte que no alcancé el fierro que si no…
Llamaron a la policía, me metieron preso “¡por asesino!” ¿Usted puede creer Doctor? ¡Que ganas de joder! La maté sí, y bueno… ¡ya está!
Me dio lástima porque no era mala, la pobre no tiene la culpa, mi suegra la hizo así, la crió a su manera.
Mi señora que en Paz descansa, me había dicho que a su regreso de la villa le iba a decir a la madre que se lleve esos perros. Doce tenía, ahora le quedan once, ladran toda la noche, no se puede dormir, ensucian…
¿Usted cree doctor, que estoy loco por defenderme de esa perra que me quiso morder?
¿Se va? ¡Eh doctor! ¿De que se ríe?  ¡No se vaya! ¿No me contesta?
Se fue. Encima tengo una sed…

No hay nada para tomar, solo agua… ¡Puajj! 

miércoles, 1 de junio de 2016

Pasado


Te recuerdo junto a mi disfrutando de la maravilla que me regalaba esa noche, en que el fantasma de la soledad me hacía sentir vulnerable.
En mi mente retumban tus últimas palabras:
—Dejemos pasar el tiempo, el nos dirá si estamos equivocados—. Traté de responder pero quedé en silencio mientras que vos bajabas la mirada.
No quería soltar tu mano, pero el bus debía partir. Quizás lo imaginé pero el brillo de una gota bajo tus ojos me provocó un escalofrío a la vez que una esperanza.
Y ya nunca supe más de ti.
El destino me llevó por diferentes momentos, otras relaciones que dejaron huellas pero sin olvidar las tuyas. Mi cabello se ha plateado de soledad y hoy sin querer leí tu nombre. El reflejo del sol sobre las gotas que de mis ojos manaba no me dejó ver más.
Al salir volví la vista atrás y la fila de cruces no me permitió ver la tuya, pero ya nada quedaba allí. Mis pasos me alejaron para siempre de mi pasado…

martes, 17 de mayo de 2016

Occiso


El escáner buscó infructuosamente dentro del cerebro alguna neurona sana o un vestigio de actividad. Mientras el escritor permanecía recostado dentro del mismo.
En su rostro una sonrisa estúpida y la mirada perdida en el más allá, pergeñando esta historia. 
El facultativo no llegaba a comprender que ocurría, quizás fuera una falla del equipo, por lo qué lo detuvo para poder constatar; nada encontró tras el examen. Con una sonrisa respondió el paciente al pedido de qué se mantuviera quieto por unos momentos más.
Ante la duda llamó a un colega con quién deliberó largo rato llegando ambos a un diagnóstico compartido.
El escritor en tanto viviendo su fantasía vio con agrado la ceremonia y el dolor de sus deudos.
La historia concluía con el punto final.

Se sintió feliz, era su mejor obra…

domingo, 15 de mayo de 2016

Encuentro




Ya perdí la conciencia del tiempo transcurrido, aunque ahora no me interesa, ya que mi destino es incierto. Vagaré por el espacio hasta el fin de mis días sin llegar a ningún destino.
Lo había perdido todo, por eso acepté la misión; mi futuro era el mismo que aquí en el espacio. Soledad física y afectiva. Nada me ataba para quedarme.
El silencio es atronador, solo el siseo de los equipos y alguna transmisión desde el control; preguntan que veo desde la escotilla. La tierra sólo es un punto azul que pronto dejaré de ver y ese enorme cometa que cada vez está más cerca y coincide con mi órbita.

Eso nadie me lo dijo…

sábado, 16 de abril de 2016

La silla...


Aún imagino verte allí sentada rogando por tu vida, mientras yo cual si fuera juez disponía de ella. 

Estaba ciego lo se, pero no de ahora. Fue cuando no supe ser el hombre qué esperabas, te quise mía argumentando que te amaba; me miraste con cariño tratando de comprender como era ese amor que te ofrecía. 

Pero yo solo vi deseo y seducción, algo en mi mente tergiversó todo. Inmerso en mi lujuria no entendí.

La obsesión mata tanto como mis celos. No te creí, mi locura lo impidió.
Sin atreverme a mirarte a los ojos, el fuego de mi odio te consumió. 

Gritaba tu nombre cuando me llevaban, luego el silencio.
Ahora también estoy en una silla qué quema y sin piedad se lleva mi vida.

Es tarde para pedir perdón…

domingo, 13 de marzo de 2016

Pensamientos...

La cadencia ilusoria de tus caderas me atrapa
Mientras caminas delante de mí
El eco repite el sonido de tus pasos acompasados
Miro la perfección de tus curvas,
Perfectas, armoniosas
Que en sincronismo se balancean delante
Esa cola que se mueve
De izquierda a derecha y viceversa…

Ya no resisto más
Quiero tomarla entre mis manos
Y que me lleves hasta lo alto
Donde veo el sol coronando el cerro
Las nubes, que asemejan un colchón
Donde quisiera hundirme y retozar…
Me siento desfallecer
Me falta el aire, mi vista se nubla
Solo te veo a ti
Ya pierdo la razón…
Quiero arrojarme sobre ti, montarte,
Aferrado a tu cuello con desesperación.
Tu dueño gira la cabeza y me sonríe
Creo que adivina mis pensamientos
Bajo la mirada, debo continuar  detrás en silencio
Más allá del sufrimiento.
El sudor cubre mi rostro
Estoy muy caliente…
A mi izquierda la pared
A la derecha el abismo
Detrás va  quedando el sendero
Adelante tú.
Yo, que desfallezco
Entiendo que la altura
Afecta mis sentidos
Soy el último en la fila que asciende
Delante mío,

La burrita camina cadenciosa…